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El aumento de la tarifa del subte decidido por el presidente Piñera fue la gota que rebalsó el vaso para el pueblo chileno, que tiene a la mitad de su población trabajando más de 40 horas semanales por el salario mínimo o menos, en un país en el que crecen cada vez más el empleo informal y el deterioro de la salud a raíz de las pésimas condiciones laborales.

Los miles y miles que salieron a las calles desde la semana pasada encontraron como respuesta del gobierno, la represión: militares a la calle, estado de emergencia y toque de queda, con el saldo de más de 300 detenidxs, heridxs, al menos tres muertxs, secuestradxs y desaparecidxs. Pero la rebelión popular continúa incluso después que el propio Piñera anunciara la suspensión del tarifazo.

Chile, como Ecuador y Cataluña en estas últimas semanas, muestran que el único camino que tiene la clase trabajadora de frenar la avanzada de ajuste contra los derechos históricamente arrebatados, es la lucha codo a codo, en las calles, que son nuestras. Y que, poniendo el cuerpo contra la represión, el protagonismo popular es el motor que empuja a los gobiernos a retroceder.

Este lunes, convocamos a movilizar a las 17:00 a Plaza de Mayo, para expresar nuestro apoyo a la rebelión popular frente al consulado chileno.

Contra la represión, ¡Unidad, organización y lucha!

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