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El caso del Peca fue uno de los primeros en la vida de CORREPI.
El 18 de marzo de 1989, la policía bonaerense mató a un chico de 17 años muy cerca de su casa en el Barrio Central, era Marcelo “Peca” Rivero.
Marcelo era un pibe de barrio, como cualquier pibe. Laburaba para ayudar a sus papás, ayudaba en su casa, tenía amigos, le gustaba el rock. Y también como a tantos pibes de los barrios, laburantes, dos policías lo asesinaron.
Por aquellos años, la lucha contra el gatillo fácil en nuestro país aún no tenía historia. Y fue cuando Estela, la mamá del Peca, junto a otras mamás y un pequeño grupo de compañerxs pusieron en acción el germen CORREPI, una organización que lleva 30 años denunciando, organizando y luchando contra la represión del estado. Y en particular contra esas formas más invisibilizadas, esas que nadie quería reconocer ni dar nombre, los asesinatos de los pibes pobres en las calles, en las cárceles y en las comisarías.
La causa contra los policías que mataron al Peca se archivó diez años después, con toda la complicidad del poder judicial que, la mayoría de las veces, está del lado del poder.
Pero a lxs familiares y compañerxs de CORREPI nos queda la invalorable experiencia de contar entre nosotrxs a Estela, su ejemplo de lucha y dignidad. Y la certeza de que tras varios años de militancia hoy nuestra denuncia de que “el gatillo fácil es política de estado” fue haciéndose carne en las organizaciones hermanas que se suman a una lucha en la que cada vez somos más.

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