Lectura: 3 min.

Hoy logramos ver al policía Giuliano Fattori, que el 1º de diciembre de 2016 fusiló a Leo Sotelo (19) en Burzaco, en el banquillo de los acusados. Una causa en la que el primer fiscal fue el mejor defensor del policía, y los que siguieron apenas si se animaron a insinuar un “exceso” en la legítima defensa. Una causa que llegó a juicio por el esfuerzo militante de nuestra compañera Noemí y de toda la organización antirrepresiva encolumnada con ella. Una causa en la que, de nuevo, tenemos que explicar que 11 tiros contra un pibe desarmado no son un exceso, es un fusilamiento. Exigimos castigo real y efectivo.

El policía bonaerense Giuliano Fattori llegó a los tribunales de Lomas de Zamora en libertad. No estuvo ni un día preso desde que vació más de la mitad de su cargador contra Leo Sotelo el 1º de diciembre de 2016 a la madrugada. Llegó con la tranquilidad que le dio que el fiscal que lo indagó a las horas del hecho dejó constancia en el acta de que “no se puede imputar delito alguno al Sr. Fattori” y que requeriría, “inmediatamente después, su sobreseimiento”. Y era la Unidad Fiscal especializada en hechos de Violencia Institucional…

Nos llevó años de reclamos lograr que el Fiscal General aceptara que era necesario ir a juicio para determinar si Fattori obró conforme a derecho, si se excedió o si mató. Frente a ese interrogante, hoy escuchamos al policía declarar que no recordaba cuántas veces disparó –faltan 11 proyectiles de su cargador, que sí admitió estaba completo, más una bala en recámara-, que no recordaba si veía la moto con Leo y su amigo mientras disparaba, ni nada de lo que pasó después, ni siquiera si había hablado con los policías que llegaron al lugar. Lo que también admitió es que Leo no tenía arma alguna.

Hace unas semanas supimos que una vecina de Burzaco, que pulsó su botón antipánico por una situación de violencia de género, recibió la visita –nada tranquilizadora para ella- de Giuliano Fattori. Le preguntamos en la audiencia cuál era su situación de revista. “En actividad”, contestó con un gesto de sorpresa, como si le resultara absurdo que pudiéramos suponer que estar acusado por un homicidio de gatillo fácil fuera motivo para estar suspendido. Está en actividad, y circula armado en los móviles del Comando Patrullas. Cuidado, vecinxs de Almirante Brown.

El jueves 19, en la segunda audiencia del juicio, se escucharán los alegatos de las partes. La fiscalía anticipó que acusaría por homicidio con exceso en la legítima defensa, que apareja una pena excarcelable. Los defensores del policía, que pedirán su absolución. En nombre de la compañera Noemí Robelli, mamá de Leo, CORREPI acusará por homicidio agravado por la condición de policía, y pedirá la pena de prisión perpetua. Todas las similitudes con el juicio al asesino Chocobar no son coincidencia, es la misma película con diferente reparto.

Le diremos a los jueces del TOC 1 de Lomas de Zamora que once tiros por la espalda contra una persona desarmada -de los que acertó tres a Leo, y los restantes no mataron a nadie más porque no había nadie en la calle- no es un exceso, es un fusilamiento.

Les reclamaremos castigo real y de cumplimiento efectivo, con la pena que corresponde al homicidio cometido por un integrante de una fuerza de seguridad que aprovecha su función para matar.

¡Perpetua para el policía Fattori!

Basta de gatillo fácil