A un mes de terminar el 2025, y con un gobierno que parece fortalecido por el resultado electoral, crecen de manera exponencial los casos de gatillo fácil, muertes en cárceles y comisarías, hostigamientos, detenciones arbitrarias en los barrios y la represión a la protesta social.
Desde que asumió Milei al gobierno y Patricia Bullrich se hizo cargo del Ministerio de “Seguridad Nacional”, más de 900 personas han sido asesinadas por el aparato represivo del estado: la primera modalidad, dos tercios de esas muertes, son bajo custodia (cárceles, comisarías, institutos, patrulleros y demás lugares de detención), la segunda, el gatillo fácil. Pero la situación, sólo promete empeorar: el gobierno pretende avanzar con una reforma laboral que traerá más ajuste y precarización de la vida y una reforma del código penal para criminalizar y reprimir más aún, al pueblo.
Como siempre, nuestra memoria histórica, está ahí para recordarnos que cada ataque contra los derechos populares, se resiste con lucha y organización. Por eso, seguimos en las calles exigiendo:
– No a la legalización del gatillo fácil
– No a la criminalización de la protesta social
– No a la impunidad para los genocidas
– No a la militarización de los barrios
– BASTA DE REPRESIÓN
– 6/11/2021: Laura Figueroa (31) y Lucas Saavedra (33), fueron asesinados por el policía bonaerense miembro de la división Narcotráfico, Ramón Mieres, ex pareja de Laura con quien tenía una hija en común. Ocurrió en Berazategui, en plena vía pública, Mieres les disparó desde su camioneta matando de un disparo en la cabeza a Lucas e hiriendo gravemente a Laura, quien después falleció.
– 7/11/2014: Víctor “Chino” Ávila y a Christian “Marote” Núñez, fueron asesinados por el prefecto Bonifacio Raúl Guerrero. Recién en 2018, logramos que la cambien con la consiguiente primera indagatoria al asesino y el primer pedido de elevación a juicio. El derrotero de la burocracia judicial, la impunidad y la pandemia hicieron que el juicio se postergara hasta 2026. Y a fines de 2024, gracias a vecinos y compañerxs de la zona, pudimos confirmar que el prefecto murió el 30 de noviembre de ese año sin pagar por su crimen.
– 15/11/2018: Eduardo Rogelio Ocampo es uno de los muertos en un incendió que se produjo en la zona de los calabozos de la Comisaría Tercera de Transradio, Esteban Echeverría. Hubo otros detenidos que fueron hospitalizados. En esa comisaría, que estaba clausurada desde marzo de ese mismo año, había 26 personas detenidas donde no podían permanecer más de 10.
– 18/11/2022: En el barrio Los Paraísos de Moreno, el policía bonaerense Lucas Caldevilla, junto a otras dos personas armadas, mató a Sergio Bogarín con cuatro disparos, en la puerta de su propia casa y delante de toda la familia y vecinos. Por la contundencia de las pruebas, la causa fue elevada a juicio en 2023, pero a Caldevilla lo beneficiaron con la prisión domiciliaria y poco después lo dejaron salir “a trabajar”. En septiembre de 2023 el Tribunal Oral nº 4 de Mercedes fijó fecha para que el juicio oral se iniciara el 25 de septiembre, pero del año 2025. Pero nuevamente el poder judicial garantiza la impunidad de los asesinos de uniforme: el TOC 4 de Mercedes suspendió la audiencia de juicio oral fijada hace dos años para juzgar al policía Lucas Caldevilla por el asesinato de Sergio Bogarín porque su defensor informó que requiere 5 días de reposo por un cuadro bronquial. La nueva fecha es el 27/8/2026, EN UN AÑO.
– 18/11/1994: Pablo Fillón fue fusilado por la espalda en la localidad de Merlo por un policía bonaerense, quien adujo que quiso impedir un robo. La causa fue archivada sin ningún responsable de su muerte.
– 20/11/2020: Miguel Ángel Roldán tenía 20 años cuando fue asesinado de un disparo en la nuca por los policías de la Ciudad Pablo Daniel Villalobo y Brian Nahuel Aguirre. Miguel estaba con otros amigos en un auto que al perseguidos y tiroteados por la policía desde Mataderos hasta Ingeniero Budge, chocó y se detuvo. Miguel recibió fue alcanzado por el impacto del plomo policial que terminó con su vida.
– 24/11/1992: Rodolfo Ríos tenía 23 años, estaba en pareja y tenía una niña de dos. Era hijo y compañero de Delia Garcilazo. Desde los quince años trabajaba en el mercado central. “Fito”, había caído preso y por salir de su pabellón sin permiso, recibió como castigo una brutal paliza con caños de hierros, palos de madera y patadas con los borcegos por parte del cuerpo de requisa, que le produjo la muerte. Recién en 1997, se logró obtener el procesamiento de los tres oficiales de la requisa: Mir, Tocayuk y Galarza. La carátula fue “homicidio en riña”, delito por el que fueron condenados -dos de ellos- a penas de tres y cuatro años. Para la justicia no hubo tortura. Y la demostración de ello, se vio cuando pasaron detenidos solo quince días porque la Corte Suprema revocó la condena años más tarde. Su madre Delia Garcilazo se puso desde un principio al frente de la lucha pidiendo justicia por su hijo y se transformó en una de las referencias más importantes de CORREPI.






