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Cuando el gobierno nacional de Mauricio Macri, por boca de la ministra de Seguridad Bullrich, del ministro del Interior Frigerio y hasta del ministro sin cartera Pichetto, salen a pedir la deportación de los ciudadanos turco, venezolanos y paraguayo detenidos en el marco de la represión desatada el miércoles 24, está cumpliendo la fase final de la operación de disciplinamiento que urdieron para aprobar el presupuesto a espaldas del pueblo.
Como cuando coronaron la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel con la demonización de los mapuches, ahora es el turno de los migrantes.
El gobierno, y sus socios en el poder, cumplen sistemáticamente el plan diseñado desde EEUU, que bajo el rótulo de “nuevas amenazas” encubre la persecución y desactivación de la protesta social, que, además de la represión directa y las detenciones arbitrarias, incluye la mentira, las falsas imputaciones y las operaciones de prensa urdidas con la complicidad indispensable de los miserables voceros y escribas de los no menos miserables medios hegemónicos.
No sólo es la fuerza, además es la construcción de consenso para legitimarla.
Vivir bajo un estado de excepción implica quedar sometido a estas situaciones: no se trata de la condición de originario o extranjero (esa xenofobia además califica a los que impulsan la medida), sino de pertenecer a los sectores populares, a quienes los que gobiernan destinan sus políticas de hambre y exclusión.
Quieren aleccionar y disciplinar a los que salimos a las calles. Que lxs detenidxs hayan estado o no en la movilización es absolutamente secundario, se trata de intimidar a la población en su conjunto.
Para nosotros, en cambio, se trata de levantarse contra cualquier injusticia, cometida contra cualquier ser humano, y en cualquier parte.
Este es el testimonio de Anil Baran, el ciudadano turco arbitrariamente detenido y falsamente imputado, del que CORREPI ha asumido la defensa:

Mi nombre es Anıl Baran y tengo 27 años.
Me gradué en Ciencias Económicas en la Universidad Técnica del Mar Negro.
Antes de graduarme consideré la idea de viajar a Europa, pero un amigo que vive en Argentina y que estaba viajando por Turquía, me habló mucho de este país y me entró el deseo de venir a conocer. Eso fue en el 2016. Aquí conocí a una muchacha Argentina, me establecí en Córdoba y me casé con ella a finales del año pasado. Ahora ya tengo DNI argentino y residencia permanente. Esta semana vine a Bs. As. a sacar mi partida de nacimiento de la embajada para comenzar el tramite de la ciudadanía Argentina. El día de la protesta llegué con mi amigo a Constitución a las 3 de la tarde (veníamos de La Plata), nos separamos y yo me dirigí caminando a microcentro, todavía sin saber lo complicada que estaba la situación allá. Sólo veía las banderas y a la gente que venía caminando por la 9 de julio. Nunca llegué al centro, ni siquiera estuve cerca, en Humberto Primo me detuvo un policía motorizado. Me dispararon dos veces y después me retuvieron en el suelo. Lo demás ya lo conocen, me llevaron a la comisaría“.

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