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Mariano, un joven de 23 años, militante del Partido Obrero desde los 13 años, fue asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria el 20 de octubre de 2010.
Ese día se encontraban realizando una medida de fuerza junto a trabajadorxs tercerizados, cuando la patota, los interceptó y disparó contra lxs compañerxs. Mariano murió en el acto, otrxs resultaron heridxs de gravedad.
La lucha contra este crimen y su impunidad, demostró la complicidad de la policía en este hecho, a pesar de que desde el gobierno intentaran despegar su responsabilidad. El propio Aníbal Fernández, entonces jefe de gabinete, dijo “la policía hizo lo que tenía que hacer”.
La lucha y la movilización incansable llevaron a la cárcel a sus asesinos, se logró la condena de la patota, de sus jefes Pedraza, Fernández y Díaz y de los comisarios de la PFA por el asesinato de Mariano y las heridas a Elsa Rodríguez y otrxs compañerxs.
Hoy las banderas de Mariano tienen vida, y otrxs compañerxs las levantan bien alto.

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