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A pesar de ser condenado como culpable del asesinato por la espalda de Pablo Kukoc, los jueces consideraron que su inhabilitación alcanza al uso del arma y las funciones operativas por 5 años. Con lo que podrá seguir desempeñándose como policía bonaerense en tareas administrativas.
Los jueces catalogaron que los disparos del policía fueron “innecesarios y desproporcionados” ya que Pablo ya “estaba a distancia, sin armas a la vista y no representaba ningún peligro”. Aún así, condenaron livianamente con 2 años de prisión en suspenso, lo que le permitió a Chocobar seguir en libertad y ahora reintegrarse a las fuerzas como si nada hubiera sucedido.
¿Alguien puede imaginarse esta situación al revés? ¿Qué cualquier persona civil que mata a sea juzgada, declarada culpable quede en libertad? Difícil.
Pero lamentablemente resultados como estos suelen repetirse en los casos de gatillo fácil y demás causas de violencia policial. Lo que pone a las claras por qué desde CORREPI insistimos en un reclamo tan elemental como el CASTIGO EFECTIVO A LOS CULPABLES de los asesinatos, sobre todo cuando se trata de miembros de las fuerzas, funcionarios públicos armados por el estado.
Esta sentencia no es justicia. Jueces y fiscales podrán seguir emitiendo fallos vergonzosos, pero no podrán bajar los brazos y las banderas de las familias y el pueblo que reclama:
BASTA DE GATILLO FÁCIL.
BASTA DE REPRESIÓN.

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