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Hace seis años, el 22 de diciembre de 2016, la policía de la ciudad Carla Céspedes fusiló a Ariel Santos.
A pesar de que Ariel estaba desarmado e igualmente la oficial efectuó tres disparos en su espalda, en noviembre de 2018 el TOC Nº 14 la absolvió por mayoría de votos en juicio oral.
Ariel, en todo caso, tendría que haber sido juzgado por tentativa de robo, pero la policía Céspedes decidió ejecutar una pena de muerte y fussilarlo sin piedad. Como si fuera poco, la entonces ministra de seguridad Patricia Bullrich (@) reivindicó el accionar de Céspedes, poniéndola como un “ejemplo” y enalteciendo el discurso tan aberrante que lamentablemente seguimos escuchando: “Es uno menos”, “Cárcel o bala”, “Se lo buscó”.
¿Para que existe el poder judicial si no es para darle un juicio justo a una persona? La policía no es dueña de decidir quién vive y quién no, menos aún en un país que se jacta de tener prohibido reimplantar la pena de muerte.
Estamos hartxs, no queremos más pibxs asesinadxs.
Pero a lucha sigue y no bajamos los brazos. En marzo de este año, la Cámara de Casación hizo lugar al recurso de la querella, anuló la sentencia del tribunal oral y mandó realizar un nuevo juicio. La Corte Suprema rechazó luego el intento de apelar de la defensa policial, y en el curso de 2023 estaremos nuevamente reclamando cárcel perpetua y efectiva para la policía Carla Céspedes.
Desde CORREPI, junto a la familia de Ariel seguimos exigiendo:
JUSTICIA POR ARIEL SANTOS.
BASTA DE GATILLO FÁCIL.

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