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Fattori disparó hacia ellos nueve veces. Tres balas fueron a la espalda de Leo, e hirió a Alan con la excusa de haberse defendido de un intento de robo y para simular “legítima defensa”; ya que decía que estaba armado. Pero Alan no tenía ningún arma, y solo se encontraron balas del arma del policía. Desde aquella noche, Alan sigue detenido por “intento de robo y homicidio criminis causae”. Como no nos sorprende, otra vez la Justicia niega el gatillo fácil.

Leo era fanático de Boca Jrs., trabajaba con su papá y hacía poco que se había comprado la moto. Por ser pibes de barrio, por andar de noche, porque eran humildes, Fattori disparó impunemente nueve balas y la justicia avala su accionar hasta el día de hoy. Como también dispone que Alan es culpable de un robo que no pueden comprobar, y que Fattori siga brindando servicio como integrante de las fuerzas de seguridad. Otra vez, un asesino entrenado y protegido por y para el estado.

Noemi Robelli, mamá de Leo, se acercó a CORREPI a los pocos días del asesinato de su hijo. Su bandera de lucha para exigir justicia y reclamar la causa no va a caer. “Desde que pasó lo de Leo, hay una decena de pericias que dan en contra del policía y a favor de los chicos agravando aun más la situación del fiscal Rossi que no quiere dar el brazo a torcer”, nos contó Noe. Así es como ella puede expresar su bronca y dolor junto con todxs lxs compañerxs que la acompañamos.

A un año, estamos más unidxs que nunca exigiendo justicia por Leonel Sebastian Sotelo y Alan Devaza.
El 15 de diciembre, realizaremos el Informe de la Situación Represiva Anual en Plaza de Mayo donde daremos cuenta de las más de 5000 víctimas a manos de las fuerzas de seguridad del estado.

¡Basta de encubrir a Giuliano Armando Fattori! ¡Fue gatillo fácil!
¡Basta de matar a nuestrxs pibxs!

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