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Hace 18 años en Villa Tessei, Hurlingham, el policía bonaerense José Luis Díaz asesinó de un tiro en la nuca a Cristian Marcelo “Empanadita” Bogado, un joven de 20 años.

“Un día nefasto, repudiable día para nosotres. El 26 de mayo de 2004 el policía José Luis Díaz fusila a nuestro Marcelo. Es muy necesario traer al presente que desde 1983 a esta parte nos faltan más de 8200 personas y/o personitas por el accionar de la represión estatal.” Nicanor, su papá e integrante de CORREPI, es de quien hemos tomado estas palabras, que repite una y otra vez, porque es necesario, porque así lo amerita la lucha, porque entendemos que la represión es una política de estado y que la justicia es construir conciencia colectiva.

Junto con Nicanor y en memoria de Zunilda, en este nuevo aniversario de “Empanadita”, seguimos gritando: Justicia por Cristian Marcelo Bogado y por todes y cada une de las personas y personitas que nos arrebató la represión estatal.

En estos años dentro de CORREPI, la trayectoria militante de la familia de Marcelo nos ayuda a repasar muchas características de esta lucha. Primero su mamá, nuestra añorada Zuni Bogado, quien impulsó las ideas antirrepresivas en Nicanor, actual militante fundamental de nuestra organización, nos han enseñado a construir lo que llamamos justicia: entendiendo que no es sólo un caso sino una política de estado, y que no es un sólo policía sino toda la institución.

La familia Bogado se acercó a la organización por conocerla en las marchas en pedido de justicia de Walter Bulacio y Sergio Durán. Entendiendo que se trataba de una organización autogestiva e independiente, confió entonces llevar adelante el pedido de justicia de su hijo dentro de este espacio. Y a pesar de que la condena dada en 2007 a quien apretó el gatillo fue sólo de tres años, los cuales el asesino los transcurrió en su hogar con el beneficio de la prisión preventiva, Zuni y Nicanor entendieron y nos ayudaron a entender que la justicia va más allá de la condena.

Nicanor nos compartía hace un año: “luchamos por que se pudran en la cárcel esos asesinos, pero lamentablemente no alcanzan las cárceles, que por otro lado sobran, porque siempre va preso el pobrerío, les inventan cosas para detenerlos, torturarlos, secuestrarlos, hacerlos desaparecer en democracia.  La verdadera justicia la tenemos que hacer nosotres, a través de organizarnos y luchar en forma colectiva.”

En el momento del juicio, el policía que disparó en la nuca de Marcelo dijo en su defensa que el joven “tenía el pelo largo, y esas personas no quieren a la policía”. ¿Cuántas frases como estas escuchamos a diario para justificar la represión, el control y el disciplinamiento de parte de los sectores de poder en el estado? Pasan los gobiernos y nos siguen matando un pibe por día, por el pelo largo o por andar con sus amigos en moto, o en camioneta, de día, de noche, a la madrugada, con visera o una campera de mangas rayadas. Las muertes por gatillo fácil, por tortura, las desapariciones, siguen existiendo de forma sistemática y sostenida, aún desde el 83 hasta hoy.

Las siguientes palabras de María del Carmen Verdú, abogada e integrante de CORREPI en el alegato de la causa de Marcelo, son las que seguimos sosteniendo: “Es la sociedad, la humanidad toda, la que fue victimizada por el proyectil que atravesó la nuca de Marcelo. Díaz mató a Marcelo, pero nos agredió a todos, porque su dedo, al apretar el gatillo, pertenecía a la mano homicida del estado.”

En cada persona asesinada por la represión sentimos la misma indignación, en cada disparo es el estado gatillando contra la sociedad, y en cada lucha llevada adelante por familiares, amigxs y militantes, construimos la justicia que nos repara.

Por último, retomamos las palabras de Nicanor: “Por lo que nos pasó, nuestro tránsito por la vida cambió, cien por cien para mal, esta es la parte nefasta de lo que nos ocurre a nuestro pueblo de explotades. Nuestra parte esperanzadora es seguir organizades en lo colectivo y en CORREPI, para que el nunca más pasemos por eso. Salud y saludos para todes” .

Exigimos de forma inmediata:

Castigo real y efectivo a todos los responsables de hechos represivos.

Prohibición de dar defensa institucional a miembros de las FFSS en causas penales.

Acceso gratuito al sistema judicial para víctimas y familiares de víctimas de la represión.

Condena efectiva a todos los responsables de Gatillo Fácil.

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