Tal como pasó con Santiago, Facundo y tantxs otrxs, teníamos la casi certeza de lo que había sucedido, incluso la familia lo denunciaba así. Pero nos aferramos a la esperanza de que Josías pudiera aparecer con vida. Pero después de un mes y medio su cuerpo se encontró en un lugar que la policía ya había rastrillado, como Santiago, como Facundo.
Desde el momento en que Josías desapareció, la mamá señaló a la policía de Oberá, Misiones, como responsable, pues lo habían golpeado en la comisaría unos días antes, lo hostigaban en el barrio y hasta había allanado su casa. No había dudas de que la policía tenía algo que ver con la desaparición, pero aun así, le encargaron la investigación.
Muy pocos medios difundieron la búsqueda y la noticia de que lo hallaron muerto. Siguen sin ser noticia los pobres, las provincias, y sobre todo, la violencia policial y la responsabilidad institucional.
Hoy Josías Galeano ya no está. Pero tenemos memoria y por eso exigimos verdad y justicia.
El estado es responsable.
Josías Galeano: El peor final
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