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El resultado del balotaje del 19 de noviembre nos dejó con la certeza de que los próximos cuatro años van a ser comlejos para toda la militancia.  

Con la designación de Victoria Villarruel como vicepresidenta, y la de Patricia Bullrich, como ministra de seguridad, nos avizora el peor de los escenarios. Es inevitable que se nos vengan a la memoria procesos represivos como el de diciembre de 2017, bajo la gestión de Mauricio Macri; o, yendo más atrás, los de 2001 y 2002 que se llevaron la vida de Maxi Kosteki y Darío Santillán. 

Parte de la resistencia, para nosotrxs, va a implicar que logremos garantizar que los discursos de odio que piden bala, muerte y cárcel no se lleven puestxs a nuestrxs pibxs.

Todos los meses escribimos nuestras Memorias, y lo hacemos no sólo para poder dejar en evidencia la complicidad entre las fuerzas de seguridad, la justicia y el estado, sino, fundamentalmente, para ponerle cara, anécdotas y familia a lxs pibxs que nos mataron.

En parte, ¿en qué triunfaron los sectores más rancios de la derecha que gobernarán la Argentina a partir del 10 de diciembre? En que, como lo venimos diciendo, lograron que la sociedad deshumanice a lxs pibxs a tal extremo, que desea que lxs maten, lxs encierren y que dejen de existir. 

Nuestra tarea, dentro de las tantas que vendrán, será  instalar el nombre de cada pibx y su familiar en la agenda mediática, para dar vuelta el sentido de las cabezas, y para que la derecha no avance Nunca Más.

Laura Figueroa y Lucas Saavedra

A Laura Figueroa y su pareja,  Lucas Saavedra, los asesinó el policía bonaerense Ramón Mieres el 6 de noviembre de 2021. Mieres era la ex pareja de Laura y, estando en funciones, le disparó con su arma reglamentaria a los dos, en plena calle, y frente al hijo de 8 años que tenían en común. Los femicidios de uniforme se han transformado en una de las principales causas de muerte de mujeres a manos del estado.

Hoy, por Laura y por todas, reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la prohibición del uso del arma reglamentaria fuera del horario de servicio y de civil. 

Chino Ávila 

Al Chino Ávila, de 25 años, lo mataron junto a Christian Núñez, de 21, el 7 de noviembre de 2014 en Moreno. Los fusilaron. Quién apretó el gatillo fue el prefecto Raúl Bonifacio Guerrero, que estaba de civil pero con la reglamentaria encima. Hubo juicio y el tribunal habilitó el derecho de nuestra compañera María, la mamá de Chino,  a reclamar la aplicación de la figura agravada que permite reclamar la pena de prisión perpetua, pero a la vez accedió a la petición de los abogados del Ministerio de Seguridad de que el prefecto sea sometido a juicio por jurados, lo que obligó a suspender el procedimiento para su selección. 

Desde entonces venimos urgiendo al Tribunal que se fije fecha para retomar el juicio. Esta semana recibimos la notificación tan esperada. La fecha para retomar el debate es el 18 de junio… ¡de 2026!. A pesar de las trabas de la justicia, sabemos que haber sentado a Raúl Bonifacio Guerrero en el banquillo de los acusados es un triunfo.

Pablo Fillón 

El 18 de noviembre de 1994, Pablo fue fusilado por la espalda. Las balas fueron del Estado y las gatilló la policía de Merlo. La causa fue archivada sin ningún responsable de la muerte de Pablo ni del supuesto robo que alegó la policía para justificar el asesinato. Versión por excelencia para justificar el fusilamiento de un pibe cada 21 horas por parte de las fuerzas represivas.

Sergio Bogarín

A Sergio Bogarin lo matan el 18 de noviembre de 2022 en medio de una disputa entre vecinos. Familiares de Sergio identificaron a un oficial de la bonaerense como uno de los sujetos que dispararon contra su cuerpo.

Sergio Damián Bogarín, de 27 años, recibió un balazo en el tórax. Murió en el acto mientras los asesinos escaparon.

Miguel Roldán

Miguel Ángel tenía 20 años cuando el 20 de noviembre de 2020 fue asesinado de un disparo en la nuca por los policías de la Ciudad Pablo Daniel Villalobo y Brian Nahuel Aguirre.
El joven, junto a otros pibes, fueron perseguidos desde Mataderos hasta la localidad de Ingeniero Budge, donde el vehículo chocó y se detuvo. Para ese momento, Miguel ya había recibido el impacto del plomo policial que acabaría con su vida. Ninguno de los policías fue imputado formalmente por el fusilamiento de Roldán.
Son muchos los casos en donde las fuerzas represivas desbordan su jurisdicción para arrebatarle la vida a unx pibx. Desde CORREPI, luchamos junto a Mariana, madre de Miguel, y junto a toda su familia para seguir exigiendo BASTA DE IMPUNIDAD.

Fito Ríos

El 24 de noviembre de 1992, Rodolfo “Fito” Ríos de 23 años, luego de 3 días de agonía, murió por la golpiza que le propinaron los integrantes del cuerpo de requisa del penal de Caseros.

Fito era hijo de nuestra compañera Delia Garcilazo, pilar fundamental para la creación de una de nuestras principales herramientas de denuncia: el Archivo de personas asesinadas por el aparato represivo estatal.

Eduardo Rogelio Ocampo

El 15 de noviembre de 2018, se produjo un incendio en el calabozo 1 de la comisaría 3° de Esteban Echeverría. Eduardo Ocampo, junto a otros internos, murió mientras intentaba apagar el fuego. Eduardo murió bajo custodia policial, como producto del hacinamiento, el abandono y la negligencia del estado y sus fuerzas.

Los números que traemos todos los meses no son números, son pibes y pibas jóvenes que se cruzaron con el gatillo fácil y la violencia institucional. Sin embargo, en este contexto donde los discursos de odio son moneda corriente, a la cara de la muerte y a la impunidad estatal le redoblamos la apuesta y le decimos ¡nunca más!

¡Basta de gatillo fácil!

¡Basta de muertes en comisarías!

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