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Este mes publicamos la actualización de datos de nuestro archivo de casos de personas asesinadas por el aparato represivo estatal. Los datos que logramos sistematizar evidencian que las políticas del gobierno de LLA trae como tendencia el recrudecimiento de la política represiva del estado. A sólo 15 meses de gestión los casos de gatillo fácil y muertes en lugares de detención marcan una tendencia creciente.

Sumado a esto, la realidad que vivimos fue un muestrario de lo criminal de esta política. Las políticas de ajuste y endeudamiento se garantizaron con creces con represión. Las movilizaciones de jubiladxs dejaron un saldo de detenciones masivas que batieron récord en los últimos veinte años. El despliegue de armamento con gases, balas de goma, hidrantes, motos para la cacería fueron el soporte del Comando Unificado que contó hasta con el Servicio Penitenciario en las calles. Y lo más grave, el proyectil de granada de gas que la gendarmería lanzó y dejó gravemente herido al fotógrafo Pablo Grillo, que aún se encuentra grave y que ya se transformó en una nueva razón por la que seguir marchando y protestando.

Pero también fue un mes donde volvimos a marchar en unidad el 24 de marzo, por la memoria, la verdad y la justicia, contra la represión de ayer y de hoy. Por los 30.000. Y también por los más de 9.672 muertos por la represión en democracia.

Un 18 de marzo del año 2015, Nicolas Angel Romero y Pablo Adrian Borja fueron fusilados, en Morón, por el Policía Federal Matias Hector Castaño, cabo 1° de la seccional 49 de la PF, que poco después recibió el beneficio del sobreseimiento. Ambos pibes tenían 18 años y eran amigos del barrio, desde siempre.

Lucas Carrasco, de 22 años, fue asesinado el 14 de marzo de 2014. La policía reprimió a la salida de un partido de fútbol y Lucas recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno que arrojó el Agente del cuerpo de infantería, Diego Guzmán Zalazar.

El 24 de marzo de 2022, Fabián Pérez murió en un calabozo de la comisaría de la estación de ómnibus de Retiro. Fabián había estado varios días detenido en una celda de 1,5 x 2 mts, sin ventanas, solo, enfrentando una crisis por abstinencia. Fabián murió bajo custodia policial, recluido en una celda, hostigado por los oficiales. Su muerte es responsabilidad de la Policía Federal.

El 25 de marzo de 2019, Coqui Montecinos de 26 años, que vivía con su compañera y sus tres hijos en un barrio humilde de la zona norte del gran Buenos Aires, fue fusilado junto a su amigo David Florentín, por el gendarme Eliezer Acosta. Hoy su mamá, Mariana, camina junto a CORREPI por su hijo y por lxs hijxs de todxs nuestrxs compañerxs familiares.

El 23 de marzo de 2019, Federico “Pochi” Barrios fue asesinado en el barrio Ezcurra (Partido de La Matanza) cuando andaba en bicicleta. Pese al pedido de los vecinos, la sargento de la policía bonaerense, Jacqueline Italo, le disparó en la espalda después de perseguirlo. Luego de esperar por 4 años el juicio contra Ítalo, no logramos conseguir la sentencia.

El 9 de marzo de 2009, Luis Bolaños fue asesinado por el vigilador privado Juan Pablo Rodríguez, cuando volvía de la canchita de fútbol de su barrio. A pesar de que Luis tenía una evidente discapacidad psicomotriz, Rodríguez argumentó que lo confundió con un ladrón y le disparó cinco tiros por la espalda.

Cuatro años después, el 17 de marzo de 2013, cerca del Dique de Moreno, el policía federal Aníbal Alejandro Aguirrez Manzur disparó por la espalda a Carlos Abregú y a su amigo Emanuel Ojeda. Emanuel falleció en el momento, y Carlitos peleó por su vida dos meses y 17 días. Murió en el hospital de Moreno con 17 años.

David Vivas y Javier Alarcón, de 21 y 15 años respectivamente, volvían a su barrio la madrugada del 3 de marzo de 2013 con su grupo de amigos. El capitán Alfredo Alberto Veysandaz, quién salía de cumplir su turno en la Comisaría 1ª de Quilmes, un tanto apresurado, les tira el auto encima al grupo de chicos. Ante la protesta de los jóvenes, Veysandaz no dudó en desenfundar el arma reglamentaria y disparar contra ellos. En 2016, y gracias a la lucha sostenida de las familias, encabezadas por Beti y Gladis (madres de David y Javier), logramos condenar al policía asesino a 21 años de prisión efectiva.

Marcelo “Peca” Rivero tenía 18 años cuando en la madrugada del 18 de marzo de 1989 lo detuvo la policía de Rafael Castillo cuando andaba en bicicleta con sus amigos del barrio. En la Comisaría 1ª de esa localidad, Peca fue torturado por los oficiales, para luego ser llevado a un descampado cerca de su casa en dónde le dispararon para simular una persecusión y huída del joven. 35 años después, la justicia archivó tres veces la causa y la familia Rivero todavía sigue luchando, por Peca y por todxs lxs pibxs asesinadxs por la policía.

Isaías Ramírez, de tan solo 16 años, fue asesinado el 15 de marzo de 2024 de tres disparos a quemarropa efectuados por el policía de la Ciudad Héctor Uriel Espil en José C Paz, quién se encontraba de civil portando su arma reglamentaria, la responsable del fusilamiento de Isaías.

El 16 de marzo de 2024 Laureano Vallejos de 19 años fue fusilado por la espalda por el policía de la Bonaerense Alan Ezequiel Castaño. A pesar de que Laureano se encontraba corriendo de espaldas al policía ya a varios metros de él, la justicia considera que Castaño actuó en legítima defensa. Los padres de Laureano, Sonia y Oscar, compañerxs de CORREPI, se mantienen firmes en la lucha, por su hijo y por todxs lxs pibxs que nos arrebató la policía.

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