Hallaron el cuerpo de Ayelén Gómez bajo una tribuna

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Ayelén Gómez había viajado a Buenos Aires para probar suerte y estudiar en el Bachillerato Popular Mocha Celis, espacio que ofrece posibilidades para terminar estudios secundarios a personas travestis y trans. A principios de este año decidió volver a vivir con su mamá a su ciudad natal en Ranchillos, Tucumán, a pesar de lo que le había dejado el pasado. Este sábado a la tarde hallaron su cuerpo bajo una tribuna del Lawn Tennis provincial. Tenía 31 años.

Hace cinco años, la madrugada del 19 de abril de 2012, Ayelén fue detenida junto al chofer del remís en el que viajaba, y llevada a la seccional 2da de San Miguel de Tucumán. Fue violada y torturada por dos policías; encerrada en una celda conocida como “El Chancho” por sus condiciones inhumanas, obligada a limpiar el lugar y a pagar $500 por su libertad después de 21 horas de encierro.

El informe departamental redujo los hechos a una falta contravencional, excusa que suele utilizar la policía para justificar las detenciones arbitrarias, y reproducir también la lógica y la violencia machista. Sin embargo, cuando salió, ni las amenazas, ni la vergüenza, ni el miedo callaron a Ayelén. Denunció públicamente a la policía tucumana por las torturas y los abusos sexuales a los que fue sometida.

No fue el único caso. Un año después, en 2013, policías de la seccional 4ta de San Miguel de Tucumán irrumpieron en la casa de Celeste, una chica trans de 24 años, por una supuesta infracción del Código Contravencional. Fue secuestrada, torturada y abusada sexualmente por siete agentes, durante tres días. Recién en 2016 se logró llevarlos a juicio, aunque el tribunal condenó solo a dos de los siete imputados, a cinco años de prisión por privación ilegítima de la libertad y por falsear el acta de detenciones. Un fallo que negó el marco de violencia recibida, situación que viven miles de mujeres trans, y que reafirma el carácter de la justicia, que defiende a quienes ejercen la violencia machista sobre las disidencias.

Ante la represión respondemos con furia. Por eso decimos ¡basta de travesticidios!, por Ayelén en Tucumán, Pamela en Rosario, Laura en Córdoba. Por Diana, por Lohana, y por todas las compañeras trans que sufrieron y sufren violencia e invisibilización. No nos callamos, nos organizamos.

BASTA DE REPRESIÓN. BASTA DE TRAVESTICIDIOS

EL ESTADO ES RESPONSABLE

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