Este 18 de marzo se cumplen 3 años del asesinato de Ramón Oviedo por la policía bonaerense. Era su cumpleaños, 31. Y esa tarde de sábado tuvo un episodio psiquiátrico, algún tipo de brote que lo alteró. Se metió sin intención de dañar a nadie en la casa de unos vecinos que llamaron a la comisaría de Boulogne para que lo asistan. Necesitaba atención médica pero los policías lo detuvieron violentamente y lo trasladaron en la caja de la camioneta. Algunos dijeron que lo golpearon salvajemente en la puerta de la comisaría. Lo cierto es que Ramón subió al móvil policial vivo -con un cuadro médico que atender- y cuando los médicos del Hospital Boulogne llegaron a la seccional lo encontraron muerto.
Le sacaron la vida y los sueños a un muchacho trabajador que vivía por y para su familia, hincha y socio del club Central Ballester, querido por su barrio y por sus amigos.
Su familia y amigos se pusieron de pie desde el primer día para denunciar lo que realmente había ocurrido. Lucharon para que se haga justicia por Ramón y por todxs lxs pibxs asesinadxs por el Estado, contra la impunidad y la represión policial. Esa impunidad la garantiza “la justicia”.
Una fiscalía que nunca orientó la investigación hacia la responsabilidad evidente de quienes debían cuidarlo. Un poder judicial que, igual que a los verdugos de Juan Pablo Pata o Nicolas Soriano, por nombrar a algunxs pibxs de las barriadas de zona norte que fueron asesinados por el estado, protegió a los policías asesinos y los benefició con el cierre de la causa. Por eso CORREPI insiste en que la lucha va mas allá de lo que resuelvan jueces y fiscales, la justicia colectiva se da con organización en la calle, denunciando al estado que ha fusilado a mas de 7.093 personas desde el fin de la dictadura.
El archivo de casos que realizamos año tras año arrojó que de las 1.833 muertes producidas por la represión estatal bajo la gestión de gobierno de Cambiemos, 1.089 fueron bajo custodia, como por ejemplo en comisarías. Por todo esto tenemos en claro que la policía no está para cuidarnos, y que la única manera de enfrentar la represión es en las calles, ¡con organización y lucha!
