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El 4 de julio en Villa el Libertador, José Antonio Ávila de 35 años fue asesinado por los policías Lucas Gonzalo Navarro y Sebastián Juárez, de la División de Motocicletas de la Comisaría 18 del barrio.

José Antonio era padre de dos hijxs, y vivían en Santa Ana con su pareja, en la casa que hace poco tiempo habían terminado de construir. Ese día salió de su casa temprano a buscar a su hermano en Villa el Libertador para ir a vender unas prendas de ropa. Salieron a comprar para desayunar, y apareció asesinado en la casa de un vecino. Su familia y los vecinos cuentan que estos dos policías en moto lo asesinaron de un disparo en el abdomen y lo dejaron tirado en la casa de este vecino. El intento de encubrimiento es notable, ya que no informaron en la comisaría del hecho ni convocaron a los servicios de emergencia para evaluar su estado o prevenirle la muerte. En otras palabras: dispararon y se dieron a la fuga.

José Antonio Ávila trabajaba en la Plaza de Villa el Libertador como vendedor, y en este contexto de aislamiento seguía vendiendo a domicilio.

A los días de su asesinato, sus familiares y lxs vecinxs del barrio convocaron a una concentración en la comisaria 18, la cual acompañamos desde CORREPI, para exigir justicia por José Antonio Ávila, y basta de gatillo fácil.

Los asesinos Lucas Gonzalo Navarro y Sebastián Juárez se encuentran detenidos, imputados por homicidio doblemente calificado. ¿Saldrá el ministro de Seguridad de la provincia de Córdoba, Alfonso Mosquera, a defender a estos asesinos como cuando salió a bancar a los represores de Villa La Tela en enero de este año?

Ya son tres casos de gatillo fácil en Córdoba en menos de 30 dias, que se suman a otros casos de gatillo fácil en todo el país, como el asesinato de Brandon Romero en Mar del Plata, el caso de Fabián Colman, quien no murió del disparo de un agente de la Policía Federal de casualidad, y el reciente asesinato de Lucas Nahuel Verón en La Matanza. Las políticas represivas que desde CORREPI venimos denunciando no se limitan a los crímenes de las policías provinciales, como se observa en los intentos de la ministra de Seguridad de la nación Sabina Freferic de despegarse del ya repudiado histórico Sergio Berni, su par en la provincia de Buenos Aires. Se trata, de hecho, de la sistematización de un programa represivo que se viene ensayando y poniéndose en práctica desde el fin de la dictadura, como los Comandos Unificados Conjuntos de fuerzas federales y provinciales, el ciberpatrullaje legitimado desde el poder político o los retrocesos en materia de derechos frente a las avanzadas represivas en todo el país a partir de una situación excepcional como lo es la crisis sanitaria y económica que el pueblo atraviesa. Es por eso que volvemos a decir que los gobiernos son responsables.

¡Basta de gatillo fácil!
¡Cárcel y castigo a los asesinos!

Cuidémonos del virus y de la represión
Contra la represión, unidad, organización y lucha

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