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Entrevista al compañero Nicanor Bogado, papá de Cristian Marcelo “Empanadita”, fusilado el 26 de mayo de 2004 por el policía bonaerense José Luis Díaz, en Villa Tesei, Hurlingham.

¿Cómo llegaste a CORREPI?

Era la madrugada del 27 de mayo, cuando hicimos el velatorio de nuestro hijo en casa. Estábamos destruides en forma total. Conversando con les familiares más allegades, surgió la duda de qué íbamos a hacer, porque teníamos la necesidad de que se supiera que la policía había fusilado a Marcelo. Les demás de la familia mucho no sabían adónde recurrir, pero yo sabía que teníamos que acercarnos a CORREPI. Yo conocía algo de CORREPI porque había participado en las movilizaciones por la muerte de Walter Bulacio, asesinado por la institución policial, y en las marchas en Morón por Sergio Durán, torturado y muerto en la comisaría. Más o menos conté los poquitos datos que tenía de la coordinadora, que es una organización que se auto banca en lo económico, rescaté eso, porque yo estaba seguro que no podía ser una organización cualquiera, porque no está bancada por el estado ni los represores ni empresarios y patrones, y también tenía muy en cuenta que luchaban y luchan contra la policía, en definitiva.

¿Por qué seguís en la primera línea de CORREPI 14 años después de la sentencia?

Sigo estando en CORREPI porque a través del tiempo, de los años, vamos comprobando que justamente acá, en la Coordinadora contra la represión policial e institucional, tenemos las mejores herramientas para organizarnos en forma conjunta y colectiva para luchar contra la represión estatal. También estamos para intercambiar pequeñas experiencias con les compañeres. Es lo menos que podemos hacer, a medida que vamos conociendo nuestra Coordinadora. Todes y cada une de nosotres tenemos que estar y aportar lo que se pueda, porque es parte de nuestros seres queridos y amados que ya no están con nosotres.

Como nosotres somos la parte afectada, en el sentido que hemos perdido a nuestros seres queridos, somos quienes tenemos que tomar el compromiso y cumplir, nunca en forma personal, sino de forma colectiva. El camino por el cual nos hemos comprometido a transitar es de lo más doloroso y de lo más difícil, no porque querramos que así sea, sino porque ellos hacen que así ocurra. Esos inmensos dolores los vamos a tener toda nuestra vida. Llorar, llorar y mucho. Esto de reivindicar el llanto lo aprendí de una compañera poeta que está en la organización. Claro que nos hace bien, a través del llanto nos sacamos la angustia, la tristeza, la impotencia, y montón de cosas que nos hacen sufrir. Ahora, eso sí, cuando tengamos ganas de reír no tenemos que privarnos, porque también es lo mejor que nos pueda pasar.

¿Qué le dirías a las familias que atraviesan hoy por una situación similar a la tuya? 

CORREPI, compañeres familiares, no es solamente una sigla. Está compuesta por familiares, abogades, militantes, colaboradores, simpatizantes. El tiempo de la famosa justicia no está en nuestras manos, sino en la de los fiscales, jueces, es decir, nuestros enemigos de clase. Nosotres también luchamos por esa justicia burguesa, pero lo más importante para nosotres es la justicia colectiva, esa pequeña justicia que se da cuando vamos poniendo en práctica las cosas que vamos aprendiendo. Los represores, jueces, fiscales y todo lo que responde al aparato represivo estatal saben, o mejor, no tienen por qué saber, que una vez que estemos muy bien organizados, más temprano que tarde, vamos a ir por ellos. Es muy difícil organizarnos, pero no por eso vamos a dejar de hacerlo. No podemos dejar a nuestros seres queridos como se dice, “en banda”, porque dejar de organizarse en forma colectiva y dejar de participar, en nuestro caso, en CORREPI, sería eso. Ese pensamiento debemos tener. Jamás debemos abandonar nuestra organización, así no logremos la justicia que ellos nos hacen creer. Cuando ellos nos hablan de libertad, de justicia, de leyes, hasta de la esperanza nos hablan, nosotres tenemos que estar muy atentes a ver qué hacen en contra nuestra. Cuando nos dicen todas esas cosas que ellos manejan muy bien, tenemos que estar seguros que van a ir en contra nuestra. La verdadera justicia la tenemos que hacer nosotres, a través de organizarnos y luchar en forma colectiva. Vuelvo a remarcar y repetir que no tenemos que abandonar la organización, por más que no haya salido por lo que luchamos. Luchamos por que se pudran en la cárcel esos asesinos, pero lamentablemente no alcanzan las cárceles, que por otro lado sobran, porque siempre va preso el pobrerío, les inventan cosas para detenerlos, torturarlos, secuestrarlos, hacerlos desaparecer en democracia. Claro que luchamos porque los asesinos se pudran en la cárcel, pero eso está en nuestros deseos, que se va a llevar a cabo si nos organizamos en forma conjunta y colectiva.

Estamos reivindicando a todes y cada une de les chiques, les pibes, todas las personas que han caído desde 1983 a esta parte, cuando pudimos recuperar por lo menos parte de la democracia. Cantidades y cantidades de personas que el estado ha reprimido, sigue reprimiendo y seguirá reprimiendo. Y por todas esas personas gritamos fuerte ¡Presente! ¡Ahora y siempre!

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