Facundo Ferreira tenía 12 años. Vivía con su abuela y sus tíos en el barrio Juan XXIII de Tucumán. Como tantos pibes de su edad en nuestro país, amaba jugar al fútbol. Seguramente, estaba contando los días para ver el Mundial de Rusia junto a su deseo que su máximo ídolo, Lionel Messi, levante la ansiada copa. Iba a empezar el secundario en la ENET Nº 5, ya tenía todo listo para pisar el aula. Pero otra vez, las balas que salen del estado, truncaron su vida. La madrugada del jueves pasado, Facundo andaba en moto con su amigo Juan. La policía tucumana “los notó sospechosos” y les disparó. Facundo recibió un tiro en la nuca y falleció. Desde CORREPI entrevistamos a Malvina Gómez, madrina de Facundo.
“La policía nos dijo que había tenido un accidente de tránsito”
-¿Cómo fue el día que mataron a Facundo? ¿Qué pasó?
Ese día que mataron a mi negro, fue todo raro. La misma Policía no nos quiso explicar qué sucedió. Todos se lavaron las manos, dijeron que había tenido un accidente de tránsito. Eran la 1 de la madrugada cuando mi negro venía de ver una picada. Salió a escondidas de mi mamá, por la ventana que da al pasillo para la calle. Los mismos vecinos no entendían como ninguna autoridad se había acercado a avisarnos lo que pasó. Recién a las 4 de la madrugada le avisan a mi mamá y nos dicen que estaba internado por un accidente. Fueron al hospital y no los dejaban pasar. A los 5 minutos, le dicen que había muerto. Entonces, díganme, si tuvo un accidente, ¿por qué tenía una bala en su nuca?. Cuando estaba en la morgue, mi hermana lo estaba cambiando y su cuerpo tenía varias municiones; ¿cómo se justifica?.
-¿Existieron amenazas hacia la familia o amigos luego del fusilamiento de Facundo?
El único testigo que había, ya no existe, por miedo no quiere hablar. Él vio todo lo que pasó. Vio cuando mi negro estaba tirado en el piso y lo pateaban. En ningún momento dieron la voz de alto. También hay amenazas contra Juan. Ayer a las 7 de la tarde, mi hermana fue a buscar ropita porque nos vinimos sin nada de allá y la Policía de la calle Avellaneda le dijeron, riéndose, a mi hermana va a ver una bala para el Juancito. Mi hermana se bajó, los increpó y se reían en su cara.
-¿Cómo es la presencia de las fuerzas de seguridad en el barrio?
Acá en el barrio no hay seguridad. Porque aquí la misma Policía sabe quien roba y quien no; quien vende droga y quien no. Mientras tengas para arreglar, ellos te dejan vender.
Toda su familia, con su abuela al frente, lucharán para exigir justicia y esclarecimiento de los hechos. Y para que dejen de ensuciar la vida de un niño. Porque, como estamos acostumbrados, los grandes medios de comunicación empezaron a desfilar mentiras sobre la causa y la vida de Facundo. A la vez, estos días, han recibido al igual que amigos y vecinos, amenazas de parte de las fuerzas de seguridad.
Tal como venimos denunciando, en nuestro último Informe de la Situación Represiva Nacional, la profundización de la represión y la utilización de la “doctrina Chocobar” desde la gestión de Cambiemos, mata a una persona cada 23 horas. El gatillo fácil, con amplia visibilidad en los barrios más humildes, es una herramienta más de disciplinamiento de todos los gobiernos que avanzan con sus ajustes y deben aplicar la represión.
Desde CORREPI acompañamos a la familia:
¡Facundo Ferreira, presente!
¡Basta de gatillo fácil!
¡Dejen de matar a nuestros pibes y pibas!