Este Viernes 28 de junio a las 18 hs., salimos a la calle como muchxs lo hicieron el 28 de junio de 1969 en Stonewall cuando lucharon contra la represión policial en Nueva York. De la misma forma, nos movilizaremos con orgullo contra cada intento de disciplinamiento de los cuerpos disidentes.
Marchamos una vez más de Plaza de Mayo a Congreso, porque el hostigamiento y las detenciones arbitrarias son moneda corriente para las compañeras trans, travestis y transmigrantes. Porque son sometidxs a la desidia del sistema jurídico vigente y a la ausencia de políticas públicas de Estado que garanticen derechos mínimos. Seguimos en lucha por la regulación de la Ley Amancay Diana Sacayán de cupo laboral trans, que permitiría a un colectivo históricamente marginado de todos los espacios, el acceso al trabajo.
Marchamos contra los códigos contravencionales y de faltas que brindan el sustento político y judicial para criminalizar nuestras identidades y perseguirnos cotidianamente, como lo hicimos durante los años ‘90 cuando estuvieron expresados en los edictos policiales, hasta su derogación. Como lo hicimos en cada jornada por la libertad de Higui, atacada por una patota que intentó violarla de manera “correctiva” por ser lesbiana, presa por defenderse, hoy libre gracias a la lucha, aún vigente por su definitiva absolución. En el mismo sentido, marchamos para denunciar el hostigamiento de la justicia heterocispatriarcal y lesbo-odiante hacia Marian Gómez, detenida arbitrariamente por la policía en 2017 por besarse con su esposa y llevada a juicio oral con la carátula de resistencia a la autoridad y lesiones graves: un bochorno jurídico y un retroceso en materia de garantía de derechos con los tiempos que corren.
Marchamos para decir basta a los femicidios, travesticidios y transfemicidios de los cuales las fuerzas represivas son responsables del 20%.
Marchamos por nuestro derecho a elegir y decidir sobre nuestros cuerpos y nuestra vida. Para frenar la represión que vivimos todos los días y a la que somos sometidxs en todos los barrios de nuestro país. A la manipulación de la información de la que somos víctimas, que establece y legitima un discurso de odio y rechazo a las identidades, a las disidencias, y que busca enfrentar pueblo contra pueblo. Por ello nos oponemos a cualquier propuesta punitivista de ley antidiscriminatoria que con la excusa de protegernos, le otorgue más herramientas represivas al estado, porque inevitablemente, se volverán en nuestra contra.
Marchamos junto a la memoria de cada una de las víctimas de estas violencias, y por la memoria de nuestrxs compañerxs caídxs.
Por Lohana Berkins, traviarca indiscutible, compañera de numerosas luchas antirrepresivas. Recordamos particularmente las jornadas de lucha contra la represión a las compañeras que trabajaban en Palermo, hostigadas por el comisario Néstor Blanco conocido por la explotación de departamentos privados en la zona. También recordamos las luchas contra la reforma del código contravencional en 2004 en CABA.
Por Diana Sacayán, compañera de numerosas luchas en La Matanza, a quien recordamos como una luchadora incansable por los derechos humanos de todxs. Apenas fue liberada de una detención arbitraria de más de 30 días en 2004, fue a manifestarse a la Plaza de Mayo para exigir la libertad de lxs presxs políticxs detenidxs en ese entonces, que se habían manifestado en contra de la visita de Rodrigo Ratto, hombre del FMI.
Por Maite Amaya y Vanesa Ledesma, entrañables compañeras de la lucha antirrepresiva contra la brutal policía de Córdoba.
Porque el asesinato de Marcela Chocobar fue un travesticidio y porque la muerte de las compañeras en la comisaría de Florencio Varela en 2017 es responsabilidad del estado.
Marchamos y vamos a seguir marchando porque hasta mayo de este año se registraron un total de al menos 40 muertes de compañeras, entre travesticidios y travesticidios sociales (muertes de compañeras por abandono estatal).
Por eso, seguimos gritando