El 18 de noviembre de 1994, Pablo fue fusilado por la espalda. Las balas fueron del Estado y las gatilló la policía de Merlo. La causa fue archivada sin ningún responsable de la muerte de Pablo ni del supuesto robo que alegó la policía para justificar el asesinato. Versión por excelencia para justificar el fusilamiento de un pibe cada 21 horas por parte de las fuerzas represivas.
Después de 25 años, recordamos su historia con su foto en alto, al mismo tiempo que denunciamos el crecimiento del gatillo facil en la zona oeste con más de 400 casos registrados desde 1983 a la actualidad.
Su foto estará presente en la Plaza de Mayo junto con la de tantos pibes el próximo 13 de diciembre, donde haremos la 23a. presentación del Archivo de Casos de personas asesinadas por la represión estatal y el Informe de Situación Represiva Nacional 2019.
Compartimos las palabras de Carla Sosa, prima de Pablo y compañera de CORREPI:
“Pablo Fillón siempre presente.
Se hicieron las doce y con unes amigues tomando una birra saliste en la charla. Les conté qué había hecho el Estado con vos, y por qué esos perros del capital deciden sobre nuestros cuerpos hasta que decimos basta. Hubo silencio. Nadie sabe bien qué hacer en esos momentos, porque la vida de les de nuestra clase siempre es así de difícil.
Las madrugadas tienen eso, nos ponen más a la intemperie entre lo que sentimos y las realidades.
Le mandé un abrazo a Ale, pese a la distancia nunca permitimos que estés ausente. Esta semana Anto cumplió años, no te das una idea la mujer hermosa y luchadora en la que se convirtió. Esa beba que llegaste apenas a conocer tampoco te olvida, te conoció por fotos y por nuestros relatos, ella sabe, como todes, que las familias se eligen y se construyen aun ante las desgracias. Y de eso en esta familia sabemos un montón.
Estamos viviendo momentos difíciles Pablo, todo está estallando y resurgiendo a la vez. Viene tu recuerdo y hace que todo sea un poco más difícil. Muches te conocen sin haberte visto, le hablan de vos a otros chicos, a otras madres y padres. Sos grande Pablo.
El otro día le contaba a otro amigo que me habían arrebatado la única persona que ante tanto silencio me hacía sonreír. Descubrí tu mirada en la de miles, con ojos de futuro trunco, con preguntas que nunca vamos a poder contestar.
Que la muerte valga la vida.”