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El fútbol, lxs pibxs, La Lepra y un dispositivo represivo a pleno para embarrar la cancha con la sangre de la hinchada.

El miércoles 08 de junio, en la ciudad de La Punta, San Luis, mientras se jugó un partido entre Independiente Rivadavia (La Lepra) y Vélez, en la entrada del estadio Juan Gilberto Funes, al momento que ingresaban las últimas personas, Pablo Morcos (47), hincha de La Lepra oriundo de Mendoza, fue asesinado de una brutal golpiza por la policía.

Como es sabido en estos casos, a pocas horas del asesinato de Pablo, se evidenciaron una serie de elementos claves que la maquinaria estatal como garante de los asesinos, puso en funcionamiento para manipular la escena.

Además de la versión oficial y de las falsas declaraciones que se caen por sus propias contradicciones, el informe del Acta que arrojó la Morgue Judicial firmada por la médica forense Marcela Gómez, exhibió uno de los primeros eslabones en la perversa cadena del encubrimiento, a través de las indudables omisiones que desembocaron en una autopsia incompleta.

Sin embargo, al momento de recibir el cuerpo, la familia visualizó claros indicios de que Pablo fue asesinado con las esposas puestas en las muñecas, tirado en el pasto a golpes y patadas que le dieron entre no menos de diez policías, como mencionaron algunxs testigos, entre ellos su hijo.

Esa noche, además de asesinar a Pablo, fue la propia policía de San Luis quien ocasionó los disturbios, el entorpecimiento en la entrada al estadio y golpeó a varios hinchas, entre ellxs menores de edad. Sin duda la militarización del espacio deportivo está diseñada para generar violencia y de esta manera avalar la represión masiva e indiscriminada que se desata en los encuentros de fútbol.

Las hinchadas, que son lxs pibxs, lxs niñxs, lxs adultxs, corren peligro en las canchas porque la policía se ensaña contra ellxs como “el enemigo a combatir”. Empero las fuerzas de seguridad son los asesinos que gozan de la impunidad que el andamiaje estatal les garantiza y los únicos responsables de empañar la “fiesta de todxs”. Como Lucas Carrazco, asesinado por la policía de Mendoza en las inmediaciones de la cancha de La Lepra en 2014.

Pablo de la Villa Hipódromo, el caudillo, el leproso que colgaba su trapo con la leyenda: “Hasta la victoria siempre, Pablo presente” en los paravalanchas de la popular para alentar a su equipo, es una de las miles de personas asesinadas por el aparato represivo estatal.

En nuestro último Informe de la Situación Represiva Nacional registramos 8.172 personas muertas a manos del estado en democracia, es decir, el estado mata una persona cada 17 horas en Argentina.

Por eso hoy como hace 30 años en las calles, gritamos con rabia y dolor.

¡A PABLO LO MATÓ LA POLICÍA!

Hacemos responsables del asesinato de Pablo Morcos.

Al gobernador de la provincia de San Luis. Alberto Rodríguez Sáa


Al ministro de seguridad de San Luis. Luciano Anastasi


Al jefe de la policía de San Luis. José Dario Neira

Abrazamos a la familia y amigxs y exigimos que se autorice YA una segunda necropsia por un equipo especializado.

¡Acceso gratuito a la justicia para la familia!

¡Juicio, castigo y cárcel a los asesinos y a todos los responsables!

¡JUSTICIA POR PABLO MORCOS!

El estado es responsable

Con más fuerzas que nunca. CONTRA LA REPRESIÓN, ¡ORGANIZACIÓN Y LUCHA!

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