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En la madrugada del 9 de enero de 2012, en Benavidez, partido de Tigre, Marcelo fue perseguido por un predio descampado y sin cercar perteneciente a la empresa metalúrgica Ferrosider, que estaba siendo custodiado por el agente de seguridad Carlos Alberto Maidana de la empresa Securitas. Maidana, al advertir la presencia de Marcelo, en lugar de auxiliarlo llamó a su supervisor y a la policía.

Llegaron agentes del COT (Centro de Operaciones de Tigre) y oficiales de la comisaria 4ta. de Benavídez, que lo redujeron y trasladaron violentamente hacia un patrullero.

Marcelo murió en la caja de la camioneta policial, durante el trayecto.

Marcelo tenía 26 años, había viajado desde General Pico, La Pampa, a Benavídez, donde su tío le había conseguido trabajo en la fábrica Volskwagen. Nunca pudo cumplir el proyecto de abrir una verdulería junto a sus hermanos menores, porque lo mató la policía.

Ese mismo año, su primo, Jon Camafreita, fue fusilado en la ciudad de Buenos Aires, por el policía federal Martin Alexis Naredo.

La familia de Marcelo y Jon se organizó en CORREPI y soportó aprietes y persecuciones.

No logramos llevar a juicio a los asesinos de Marcelo, pero conseguimos condenar a prisión perpetua al cabo Naredo por el fusilamiento de Jon.

Y seguimos diciendo:

Marcelo Sepúlveda ¡Presente!

Contra la represión, ¡Siempre en las calles!

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