Agradecemos a Vicente Zito Lema por este poema que compartió con CORREPI, para que lo publiquemos.
En la piel amarillada de los muertos
la serpiente del rencor relampaguea…
Apenas se escucha a los viejos en la plaza: sería
justo que al menos se alzara una pira funeraria
para los que mueren en la calle…
son más todos los días, dicen
y se tapan la boca… de pocos dientes…
(Un rito puede calmar la ira, también el desprecio
de unos dioses que nacieron en el palacio,
cerca de una cuidada rivera, lejos del establo…)
Cuando cae un relámpago no es bueno
ponerse bajo un árbol…
Tampoco es bueno en la ciudad ser un niño
que crece a las patadas, come a los saltos,
vagabundea a más no poder,
se apodera de una fruta, arrastra una cartera,
ve a un policía y corre, le tiran por la espalda,
le pegan en la cabeza…
Hay un instante que separa lo que está vivo
de lo que está muerto…
Es un instante fugaz la eternidad…
Buenos Aires, marzo de 2018