En el día de ayer, en la ciudad de Formosa, comerciantes y vecinxs movilizaron a la Casa de Gobierno en reclamo contra las medidas de aislamiento, que retroceden la circulación a la fase 1, dispuestas por Gildo Isfrán luego de que se registraran 17 nuevos casos en un solo día, de los 23 totales de la provincia.
La respuesta del gobierno formoseño ante la emergencia sanitaria volvió a ser la represión, la misma que históricamente descarga sobre las comunidades qom y otras originarias, lo que la prensa hegemónica y muchos políticos se han encargado de invisibilizar sistemáticamente.
Más allá de las variadas posiciones que se puedan asumir sobre la oportunidad o efectividad de estas u otras medidas sanitarias, la movilización expresó la necesidad de distintos sectores de la clase trabajadora ante las dificultades económicas que les impiden sostener el día a día. Una necesidad desatendida por los gobiernos nacional y provinciales, como lo prueba que el IFE y otras medidas de asistencia -insuficientes pero útiles- fueran excluidas del presupuesto 2021.
La represión de la policía de Formosa dejó decenas de heridxs por las balas de goma, y decenas de detenidxs, en una provincia que ha sido foco de los medios hegemónicos y la discusión política en el último tiempo, a partir de las denuncias de personas que debieron transitar la pandemia en centros de aislamiento que no cumplen con condiciones mínimas habitacionales y están sometidas a custodia policial.
El gobierno nacional elige el silencio y la inacción, incluso tras la visita de integrantes de su Secretaría de Derechos Humanos, que negaron la represión estatal con el eufemismo de “hechos aislados de violencia institucional”.
A contracara del silencio oficialista, la derecha rancia elige el ruido y se rasga las vestiduras “en defensa de los derechos humanos”, en la voz de dirigentes que, como Patricia Bullrich, integraron y llevaron adelante el gobierno más represor desde el retorno de la democracia, como lo fueron los cuatro años de Cambiemos en el poder.
La pandemia no terminó, y lejos pareciera estar ese momento en un contexto internacional que convirtió la vacuna en la principal herramienta de disputa y control geopolítico. La crisis agobia a la mayoría de la población, que necesita otras respuestas frente a sus necesidades crecientes, como lo expresan las luchas cotidianas en todo el país.
En ese escenario, es importante que sigamos respetando las medidas de higiene y que sigamos cuidándonos, entre todxs, del virus, y también de la represión.