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Gerardo Morales impone una reforma constitucional provincial totalmente regresiva en materia de derechos y en avanzada represiva, a balazos y detenciones.

La lucha del pueblo jujeño no es solamente heroica, es también ejemplar. Nos muestra, como en infinitos episodios de nuestra historia, que la forma de frenar avanzadas antipopulares y represivas, es con la fuerza del pueblo unido en las calles.

El acreedor de la suma del poder público en Jujuy, Gerardo Morales, en complicidad con el radicalismo y el PJ locales, intentó imponer una reforma constitucional que avanza violentamente contra el pueblo en las últimas semanas. La votación exprés primero, la posterior aprobación y la jura a espaldas del pueblo durante la madrugada en un feriado nacional, con la legislatura vallada durante horas; todo para aprobar una constitución que pone la propiedad privada y negocios personales por sobre la cultura, los derechos y la propia vida de las comunidades originarias de la región. Al mismo tiempo, mientras se llevan adelante masivos reclamos por mejoras salariales de lxs docentes, empleados municipales, y otrxs trabajadores, esta nueva constitución limita de forma antidemocrática y contra la propia Constitución Nacional, la posibilidad de establecer mecanismos de reclamo en defensa de cualquier derecho conquistado.

Con miles y miles de personas en las calles en los últimos días, cortes de ruta, acampes, y movilizaciones en distintos puntos de la provincia, el pueblo, por supuesto inconsulto sobre está situación, recibió como respuesta la más cruda represión por parte del gobierno provincial. Con un cerco mediático escandaloso, la policía provincial avanzó contra lxs ciudadanxs a puro balazo, gas lacrimógeno, y un sinfín de detenciones. Quienes sufrieron estos hechos difundieron, en cuanto espacio pudieron contra los medios de comunicación monopólicos, las consecuencias de la brutalidad con las que Morales respondió al grito de las calles. Todos y todas vimos a Nelson Mamani caer al suelo con una herida gravísima en la cabeza. A la hora de escribir estas líneas, el compañero continúa en el hospital luchando por su vida. Sabemos, en estos momentos, los allanamientos ilegales que se están llevando adelante en la capital de la provincia, las detenciones arbitrarias a quienes circulan por las calles en un verdadero estado de sitio, y en móviles sin identificación, incluso de particulares. Hay personas que continúan desaparecidas, entre ellxs Raúl Domínguez, un joven con autismo que iba a comprar coca con su familia y se lo llevaron a golpes junto a su hermano.

Si todo lo visto no alcanza para tomar la ejemplaridad de la resistencia jujeña e inundar las calles en cada rincón del país en apoyo a su lucha contra esta reforma, sumemos entonces las palabras de distintos funcionarios y candidatos de Juntos por el Cambio y del propio Morales para entender que lo que está ocurriendo en el Norte, es ni más ni menos que el preludio de lo que toda esa fuerza política quiere aplicar en todo el territorio nacional después del 10 de diciembre. Ya lo hemos vivido entre 2015 y 2019, durante el proceso macrista que batió todos los récords de personas asesinadas por el estado y le valió el mote del gobierno más represivo desde el retorno de esta fallida y dañada democracia.

Lo que tenemos que asumir es que esta categorización es la bandera principal de Macri, Bullrich, Larreta, Vidal, Morales y compañía. Su campaña política ha girado en torno al discurso de “orden”, de “cárcel o bala”. Durante toda la jornada han intentado deslindar responsabilidades en otras fuerzas políticas, y principalmente, cinismo vomitivo mediante, a lxs propixs jujeñxs que le continúan poniendo el cuerpo a la avanzada contra sus derechos. ¿Es acaso responsabilidad de Mamani pelear por su propia vida en un quirófano como consecuencia del disparo de un arma “no letal”? ¿Podemos culpar a Mijail Lamas por perder su propio ojo? Bajo este discurso violento, de “lo que hay que hacer para el país”, Juntos por el Cambio ha avanzado en recursos represivos de falsa baja letalidad, que hace casi 20 años le costó la vida a Carlos Fuentealba y hoy tiene a Nelson Mamani luchando por la suya. Anticipando a su vez que el accionar de Morales es ejemplar y que será, sin ocultarlo, el que llevarán adelante si vuelven al gobierno nacional. Ellos avanzan, represiva y discursivamente, sobre nuestros derechos, sobre nosotres y sobre nuestra propia vida.

Dependerá de nosotres salir del letargo y evitar, con unidad en las calles, la resistencia del pueblo jujeño como punta de lanza y la más masiva movilización, evitarlo.

¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO JUJEÑO!

¡FUERA MORALES!

¡NO A LA REFORMA CONSTITUCIONAL!

¡LIBERTAD A LXS PRESXS POR LUCHAR!

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